La escritura nace a partir de la necesidad de poder recordar en un momento dado algo que ha de hacerse, comunicarse con otra persona que no se encuentra en ese momento físicamente, y por ultimo marcar los derechos de uno, y la producción distintiva de una fabrica.
Es entonces que se comienzan a utilizar dibujos en las cavernas y algunos símbolos en guijarros, la combinación de esta puede ser el inicio de la escritura alfabética.
Los primeros estudios de las actividades gráficas de los niños, se centran en la evolución del dibujo. Desde este punto de vista, Rouma y Luquet(1912) distinguierón diferentes periodos en las actividades gráficas de los niños, mas tarde cuando se hicieron estudios psicopedagógicos de niños con determinadas dificultades de aprendizaje de la lectura y la escritura cuando se puso de manifiesto un nexo entre el dibujo y la lecto-escritura.
En los niños se dan dos periodos, uno en los que Piaget los nombra garabatos puros y en un segundo periodo donde el niño comienza a atribuir nombre a estos garabatos.
Ferreiro plantea que los niños trabajan con la hipótesis de que para escribir nombres de diferentes personas, animales, etc. tiene que haber diferencia entre los símbolos usados.
La escritura se refuerza cuando el niño al desenvolverse en su medio social comienza, a decir algo, al tener un significado el niño empieza un proceso de inferencias e hipótesis que lo lleva a comprender la naturaleza del código alfabético que se utiliza en su entorno.
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